Delivering The Black
Cuando se trata de afrontar un nuevo disco de los germanos de Primal Fear, de buenas a primeras siempre se sabe lo que el auditor encontrará: un Heavy Metal de sonido clásico, sólido como el granito, donde el repitequear del doble bombo es una constante que no da tregua en toda la placa. Es decir, el “headbanging” está más que garantizado.
Y en su décimo álbum de estudio “Delivering The Black”, la banda no oferta nada que se salga un milímetro de sus esquemas habituales, quizás una pequeña novedad llamativa sea el uso de brutales blast beat death-metaleros en una parte de ‘Rebel Faction’ (imagínense cómo sonaría Judas Priest en su álbum “Painkiller” usando blast beat y tendrán una idea bastante acabada del resultado final), obra y gracia del tremendo baterista canadiense Randy Black que toca como un poseso. Otra novedad es la participación de la cantante noruega Liv Kristine (Theatre of Tragedy, Leave’s Eye), en los coros de la bonita balada ‘Born with a Broken Heart’, quizás uno de los pocos momentos donde la melodía pura, reina por sobre la dureza de los riffs, algo que se repite de gran forma en ‘When Death Comes Knocking’ que demuestra que la dupla compositiva del cantante Ralf Scheepers y el bajista y productor Matt Sinner no han perdido fuelle ni inspiración, aunque en términos generales este disco es más lineal, sin la atractiva y dinámica variedad de placas como “Devil’s Ground” (2004) o “Seven Seals” (2005), pero factor que en ningún caso es un indicio de que estamos ante un mal disco, pues temas como ‘Alive & On Fire’ (con toda su carga Accept en los estribillos), suena con toda la garra y emoción del mejor metal de los 80’s.
Como siempre, el trabajo de la dupla de guitarras de Magnus Karlsson y Alex Beyrodt es sólido y efectivo, tanto en las rítmicas como en los solos de gran fluidez melódica. Mención aparte merece siempre la destacada interpretación vocal del gigante Scheepers que en el tema título, nos retrotrae a la etapa dorada de Judas Priest, pero siempre con su toque personal. La durísima ‘Road to Asylum’ con un sobresaliente Randy Black en los tambores, precede al tema más extenso del LP: ‘One Night in December’, que en sus 10 minutos de duración, posee unas ambientaciones y orquestaciones que le dan un toque siniestro y épico, redondeando una canción de gran factura, con variados cambios de ritmo, siendo uno de los momentos más logrados de todo el disco.
Como viene siendo costumbre, los bonus track de la edición japonesa representan casi lo mejor del disco, provocando el habitual cuestionamiento (no exento de rabia), de por qué se dejan fuera de la edición “normal” temas como ‘Innocent Man’ y ‘Man Without Shadow’ que tienen un feeling enorme de ese heavy metal melódico de los 80’s, donde queda claro que grupos como Judas Priest, Accept y Dokken siempre estuvieron entre los favoritos de Matt y Ralf. Ahora haciendo un poco de justicia, no se puede obviar canciones como ‘Never Pray For Justice’ con su asesina motosierra inicial, y las alegres melodías gemelas -en plan Helloween- de ‘Inseminoid’ donde los agudos de Scheepers recuerdan la etapa “Keeper” de Michael Kiske. Sin duda, son más que obvias el cúmulo de influencias de donde bebe la música de Primal Fear, pero la gracia es que ellos saben integrarlo a su sonido con naturalidad, construyendo canciones muy poderosas y pesadas, nunca renunciando a las buenas melodías.
Sin ser para nada un mal álbum, “Delivering The Black” quizás no sea el mejor disco de la banda, pero tiene un estándar de calidad muy superior a la media de grupos nuevos que han tratado de recapturar el sonido y la esencia del Heavy Metal de los ochentas, y es en vivo donde Primal Fear muestra su mejor faceta, con shows sencillamente matadores.
Fuentes
Rockaxis
Cristián Pavez
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*Hangar de Discos
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